Dando Noticias [Lorcan] +18~

Llevaba diez días tirandome se los pelos litaralmente. Hacía dos semanas que estaba con Juls, pero al poco tiempo empezó a evitarme. Eso me tenía enfadado.
No comprendía como, después de todo lo que habíamos compartido, me ignoraba tan fácilmente.
Estaba muy rara, y no parecía muy contenta, ¿se había arrepentido después de todo?

Pero todo cambió al recibir una carta en la que me citaba en la Sala de los Menesteres, que tenía algo muy importante que decirme, ¿me hiría a dejar o por fin iba aexplicarme que le pasaba?

Después de pensar en Juls, una puerta apareció ante mi. Me adentré en la Sala.
Ahí estaba ella. Junto a un sillón. Me acerqué, temiendo si debía o darle no un beso. Opté por uno pequeño en la mejilla.
-Hola.
Fue lo único que atiné a decir.

La sonrisa se me congeló en la cara. "Tenemos que hablar" era una frase que normalmente no presagiaba nada bueno, y temía que este fuese mi caso. Pero, inexplicablemente para mí, Juls me cogió de la mano y la apretó en un gesto de cariño y comfort dandome a entender que no era algo malo lo que tenía que decirme, o al menos así lo interpreté yo.
-¿Qué pasa cielo? No se porque me has evitado, pero si pasa algo no se porque no me lo cuentas...
Le dije. No quería que mi voz sonase resentida, aunque no pude evitar que un poco si se notase.

Posé mi mano libre en su mejilla y me senté a su lado en el sillón, esperando su respuesta.

Cerré los ojos cuando escuché esas palabras y me besó la mejilla. ¿Qué podía haber pasado que fuera tan grave como para que Juls estuviese así?
La verdad esque estaba empezando a preocuparme bastante.
-Venga Juls, ni que te fueras a morir.
Dije intentando animarla. No tenía muy buena cara, auqnue se esforzaba por sonreír, igual que yo.

-Recuerdo cuando la señora Lupin dijo que esperaba un...
Me quedé callado de golpe. ¿Había... había dicho que...? Mi cabeza daba vueltas intentando asimilar las palabras que me había dichi July. Bebé. No podía ser. ¿Cómo había pasado? "Pues como va a pasar imbécil" pensé regañandome mentalmente. Después unos momentos de silencio, y cuando mi mente había logrado comprender lo que estaba diciendo July, entonces hablé.
-¡¿Un bebé?!
Mas que hablar fue casi un grito, no de enfado, si no de sorpresa, de miedo, de perdido.... Entonces caí en la cuenta de que July había deslizado mi mano hacia su vientre.

-¿Qué? No, no..
Dije cuando se separó de mi para abrazarse a si misma. Me acerqué a ella alarmado. Estaba muy asustado. Joder que si lo estaba. ¿Un bebé a los 16? Eso era demasiado. Eramos demasiado jóvenes. Me coloqué a su lado, aunque no era capaz de abrazarla. Simplemente me quedé mirando su vientre, como queriendo hacerme a la idea de que ahí dentro estaba mi... mi bebé. Por que era mío, y tenía que aceptar eso.
-No...
Dije tragando saliva.
-No voy a dejarte sola...

El escuhar sus palabras me hizo reaccionar. Es cierto que eramos jóvenes, y que quizá no estuviese preparado, pero no iba a dejarla. Llevaba deseandola muhco tiempo y ni iba dejarla escapar ahora. Además, ahora no solo era ella, sino su hijo también. Que extraño sonaba eso... su hijo.
Dejé a un lado mi bloqueo y deslicé una mano hacia su vientre, tocandolo.
-¿De verdad puede haber un bebé ahí dentro?
Le pregunté embelesado.

No le respondí. Simplemente me abalcé sobre ella con cuidado, besandola como nunca antes, acariciando con una mano su mejilla.
Me separé un poco de ella y, sin entender exactamente lo que hacía, me tumbé en el sofá, apoyando mi cabeza en sus piernas, mirando si vientre.
-Te quiero Juls.
Le dije apoyando una mano de nuevo en su plano vientre. Realmente en ese momento no se me ocurrían más palabras, asíque no dije nada.

-No voy a alejarme de tí, ¿lo sabes no?
Dije acariciandola un poco. Ahora ella y ese bebé eran mi vida, y no pensaba dejarlos marchar nunca.
-No me espareba ser padre tan joven, pero...¿no puede ser tan malo, no?
Dije intentando animarla.

Sonreí al escuchar sus palabras, yo tampoco me iba a ir a ningún lado. Me armé de valor e introduje mi mano por debajo de la túnica, contactando sirectamente con la piel de su abdomen.
-Todo va a salir bien...
Dije tranquilizandola a ella y a mi mismo.

-¿Qué crees que será?
Le dije totalmente absorto en los movimientos que estaba realizando sobre su vientre, como si quisiera tocar al bebé de verdad.

-Un niño por supuesto. Así me llevaré a jugar al Quidditch.
Dije con una ancha sonrisa, sonrisa que se desvaneció cuando caí en la cuenta de que habría que contarselo a mis padres... y a los de ella.
-Cariño...¿tú padre es muy agresivo?
Dije con un poco de miedo en la voz.

Suspiré aliviado. La verdad era que no quería morir tan joven. Me levanté un poco y apoyé mi cabeza sobre su pecho.
-Ahora vas a tener que quidar a dos bebés.
Dije haciendole pucheros.