~Needing Some Peace~

Estaba cansada de dar vueltas por aquellos pasillos, en busca de cualquier ocupacion que pudiera distraerla. No encontraba a nadie ni nada, que pudiera liminar en ella aquella sensacion de aburrimiento. Mientras pasaba por enesima vez por aquel pasillo, cansada de ver las mismas paredes y aquellos cuadros que la miraban, para despues reirse de su flequillo, encontre una aula en desuso, que parecia el mejor lugar para sentarse a leer, sin tener que escuchar los quejidos, ni los reproches de aquellos malditos cuadros. Me sente encima de la mesa del professor, cruzando mis piernas, mientras sacaba uno de mis amados libros. Otro de la epoca romanticista, claro estaba. En aquella ocasion habia decidido leer "Rimas y Leyendas", del gran maestro Gustavo Adolfo Becquer. Aparte uno de mis mechones mientras me empapaba de aquellas palabras, llenas de misterio y terror. Era de noche, sabia que no debia estar alli, pero habia encontrado su mejor sitio para poder leer con tranquilidad. Aquel lugar le ayudaba a ver como se sentian los protagonistas de aquellos cuentos, donde la oscuridad llenaban todo el lugar, y no sabian que habia delante de ello.

Estaba leyendo tranquilamente historias de fantasmas y de almas errante que vivian atormentando a los humanos que osaban jugar con ellas. Notaba como una especie de miedo crecia por mi cuerpo, mientras seguia alli, la luna alumbraba la noche, aunque alli no habia casi luz. De repente, interrumpiendo mi tranquilidad y mi momento de lectura, vi como alguien conjuraba un hechizo "lumos" y delante de mi aparecio un adulto delante de la puerta, mirandome. Me asuste, tirando el libro al suelo mientras me tiraba un poco hacia atras en la mesa, hasta que me di cuenta que no habia ningun peligro. O eso creia. No sabia que contestar, se habia metido en un buen lio...

- Estaba con insomio y decidi venir a leer un momento- le respondi mordaz, bajandome de la mesa para cojer mi libro, mirando si tenia algun daño. Era su libro favorito, se lo habia regalado su anciana abuela difunta-

Me sorprendi al ver que el profesor queria evitarle el tener un problema con la institucion de aquel colegio. Despues de aquello le sonrei ampliamente, mientras me volvia a sentar en la mesa del professor, tranquila. Parecia que no debia haber problema

-...Y se supone que esa alumna soy yo, profesor?- le pregunte sugerente, mientras dejaba mi libro a mi lado y apoyaba mis brazos en la mesa, mirando aun al joven fijamente-

No sabia quien era, al parecer era un profesor, aunque ella no le habia visto por ningun sitio, aunque era normal, no es que tuviera una gran mania de ir a las clases, al parecer le daban un poco de alergia. Me acomode el cabello, para despues alisar mi falda, ya que se habia arrugado.

-....Y me podria decir el nombre que tiene el profesor que me va a salvar de un castigo merecido?- le pregunte curiosa, mientras levantaba una ceja-..me gustaria saber el nombre de mi salvador...y el motivo de porque ese salvador esta aqui?

No pude evitar el reir al escuchar el porque no la iba a delatar. Que profesor mas interesante, y para que negarlo, agradable. O por lo menos eso parecia. Escuche su nombre con atencion. Un nombre de lo mas estravagante, aunque ella no podia decir mucho de nombres extraños. Me incorpore un poco, quedando bien sentada en aquella comoda mesa, descruzando sus piernas para volverlas a cruzar con rapidez. Le incomodaba aquella posicion.

-Mi nombre...me llamo Laurien Selbsmord, profesor Magus- le respondi con educacion, eso jamas lo perdia, y mucho menos delante de un profesor-...Y bueno...digamos que las clases...me dan un poco de alergia....-brome, mientras empezaba a reir con disimulo, sin quitarle vista al profesor, esperando su reaccion-

Vi como el profesor se apoyaba en la pared, mientras seguia hablando conmigo como si fuese otro alumos mas. Aquel professor le parecia de lo mas adolescente, cosa que hizo que me riera un momento.

- Sabes...si no viera que edad tienes, dirias que eres un alumno- le comente divertida, mientras me quitaba mi tunica, quedando en una camisa negra que se habia puesto antes de salir de paseo de madrugada.- Y si te soy sincera...no soy una alumna ejemplar, el ir a clases nada mas molestaria a mis otros compañeros y eso no me parece nada bien, no crees?

Escuche lo que dijo con un sentimiento de pasotismo en mi rostro. Habia escuchado aquello miles de veces, y sinceramente, siempre le sonaba inecesario. Jamas habia ido a clase, aunque tampoco se lo habia pedido un profesor de aquella manera.

- De acuerdo, por que insistes, asistire a tus clases- le comente un poco cansada de oir aquellas palabras.

Despues escuche lo ultimo que me dijo y alce la ceja, sarcastica. Cuales serian los metodos de trato hacia alumnos rebeldes. Me levante de la mesa, cayendo en el suelo con un movimiento elegante, poniendo mis manos en mi cadera, mirando al profesor con un deje de desafio en su mirada.

- Y...como me pondrias en mi lugar, si se puede saber- le comente sonriente, mientras miraba al profesor, con aquel deje rebelde sin causa, aunque ella si que tenia causa.

De repente note como el libro que yo mas queria empezaba a golpearme la cabeza, tuve ganas de destruirlo, pero no podia, no a aquel libro. Me cubri la cabeza con mis manos, y mire al profesor enfadada.

- Deja de hacer eso ahora mismo!- le exigi, preocupada que el libro pudiera sufrir algun daño con aquellos golpes- por favor basta! Romperas el libro!

Brame, mientras intentaba parar a aquel libro que me golpeaba la cabeza, dolia mucho, pero mas me dolia el poder pensar que el unico regalo que le dejo su adorada abuela, pudiera romperse por la broma de un profesor gracioso.

Coji mi libro con rapidez, abrazandolo a mi con fuerza. Habia pensado que aquel libro podria haberse roto, y con ello, el lazo que la unia con su abuela. Noto como una que otra lagrima caia de sus mejillas, mientras ella, que se habia girado para que el profesor no lo viera, se mordia el labio con fuerza...

- Jamas vuelvas a hacer eso...-le susurre, advertiendole-....te lo advierto...

Jamas se le habia parado por la cabeza el maldecir a un profesor, pero en aquellos momentos, se le habia pasado varias veces por la cabeza. No podia negar que amaba aquel libro mas que su propia vida, y si algo le pasaba...ella no sabria que hacer.

- Quieres que los alumnos se defiendan?- pregunte, repitiendo de nuevo las mismas palabras que el profesor. No podia creer aquello, aunque quien sabia, aquel joven era de lo mas particular. Me gire de golpe, aun con algunas lagrimas en su rostro, de manera desafiante- De que?...De que se deberian proteger, señor profesor?...de personas que intentan destruir tus objetos mas preciados, de manera de broma?- le pregunte exclamando, para despues mirar al suelo, triste, sabia que aquel profesor no habia tenido la culpa...pero aquel susto habia sido mucho para ella-...perdon...el haberle...gritado...-

Escuche anonadada lo que decia aquel personaje. Le dolia escuchar aquellas palabras, porque sabia que tenian razon, aun asi no queria creerselo, no queria creer que ella habia bajado tanto la defensa como para que ese hombre destruyera lo que mas queria. Baje mi mirada, cansada, notando como mas lagrimas caian, aunque ella no dejaba escapar ningun sonido.

-...Es muy dificil el pensar de manera fria cuando, lo que mas quieres en esta vida...esta en juego...-levante mi rostro con lentitud, apartando mi mirada de aquel hombre-...cuando todo por lo que has luchado cae, y se derrumba, quedando en mil pedazos, que no volveras a unir jamas...Es demasiado dificil el pensar con frialdad, tus sentimientos toman posesion de tus acciones, y la razon, queda amordazada por aquellas sensaciones que te atan....

Siempre habia sido una chica de lo mas pasional, se llevaba por las sensaciones, haciendo eso que cayera en mas de un problema que podria haber evitado. Pero ella le gustaba ser asi, su abuela siempre le habia dicho que fuese como fuese, luchara por lo que creia, y no por lo que le decian los demas que luchara. Noto, por el tono de la voz del profesor, que se habia calmada, eso le hizo sonreir, al parecer el profesor tambien a veces se dejaba llevar por los sentimientos. Cuando escuche lo ultimo, mire a los ojos del profesor anonadada...

-...Que..usted seria capaz de protejerme como alumna?- le pregunte incredula, mientras cruzaba mis brazos delante de mi pecho-...no le entiendo...-

Sonrei al escuchar lo que habia dicho aquel profesor, al parecer era un poco versatil, personalmente hablando, aunque aquello le parecia de lo mas divertido...

- Osea, que era peor el remedio que la solucion-le comente sonriente, mientras miraba al profesor en la mirada, contento de poder hablar con una persona asi.- Eres el profesor primero que conozco, y espero que los demas sean como usted, señor Magus-le comente, mientras sonreia de manera sincera, apartando uno de mis mechones del rostro.

- Al parecer de amable y simpatico, es usted un poco creido, no cree?- le pregunte con sorna, mientras me acercaba un poco a él, no le tenia miedo.

Al parecer el profesor bromeaba sin miedo con ella, aun siendo ella una alumna absentista, que jamas habia ido a ninguna de sus clases, aquel profesor era de lo mas extraño.

- No se, pero a lo mejor tan buenos como usted no, sino a lo mejor que sean mejores que usted, no cree?- susurre, en un intento de picar a aquel joven profesor-

- Estas chiflado- le dije mientras me apoyaba en una de las mesas, no le gustaba estar levantada-...Y tu eres el gran profesor que tiene que protegerme?...mejor cuidare de mi espalda y la tuya, sino...me da que acabariamos muy mal, señor profesor- le comente de broma, a sabiendas que aquel profesor se podia defender solo.

Coji mi libro, mirandolo con cuidado, y viendo, que el escrito que mi abuela me habia dejado, aun estaba, con la misma intensidad...Daba gracias a dios que no le habia pasado nada, sino a ella le daria algo.

-...Y como que usted es tan agradable, señor Magus?-

- Supongo que los alumnos tenemos en mente a unos profesores mayores, bordes y que no son nada graciosos- le comente sonriente, mientras miraba al profesor a los ojos.

Siempre habia pensado que los profesores que ella conoceria iban a ser bordes, que no soportarian nada, que no la mirarian, que ni siquiera le harian bromas como aquellas que le hacia el profesor. Me levante, para despues acercarme al profesor con lentitud.

- A si que seguro que usted tiene que ser de lo mas popular entre las alumnas, Guapo y gracioso, que mas se pude pedir?....-