Bueno nunca se me ocurrió escribir un Jacob/Nessie, pero la tentación fue más fuerte que yo. Caí en la crudas redes del deseo. Bueno, aviso de que será una historia larga, llena de enredos, pasiones, enfados, reconciliaciones, pérdidas... y todo eso que hace a q un Fic de buena calidad y más apetecible a hora de leer, aunque prometo que no será una Biblia, quizá unos veinte capítulos viendo las palabras y como escriba la historia. No se aceptan tomates, aún no. Esperad a que tenga más capítulos. Seguí los consejos de una escritora que me inspiró a la hora de hacer una historia con esta pareja: Lil-Evans. No cursiva en el texto, toda la extensión de la página, en fin, esos consejos estéticos que te agradezco mucho y que seguro que harán el texto más atrayente y serio. Gracias por adelantado a todos aquellos que vayan a leer la historia, espero con sinceridad que os guste, está hecha con todo mi cariño.
Ya la he publicado en otros foros, y este no podía ser la excepción. Un beso a todas/os los lectores del FF.
REGRESO A CASA
Viajaba en el tren de camino a casa. Iba a reencontrarse con sus padres después de dos años.
Fue decisión suya irse. Sus padres enloquecieron cuando se lo dijo, aunque había otra persona de la que temía más la reacción que pudiese tener entonces. Los recuerdos de ese momento inundaron su mente. Dejó su casa con apenas cinco años, aunque por entonces contaba con la apariencia de una chica de quince años, y su mente estaba tan desarrollada como la de una persona adulta. Quería conocer más acerca de su naturaleza. Sus padres le pidieron que no se fuese, que ellos intentarían explicarle, pero ella sabía que ellos no podrían. Necesitaba de una persona que supiese exactamente lo que significaba ser semihumana, semivampiro. Y esa persona no podía ser nadie más que Nahuel.
No quería recordar la reacción de Jacob. Él no lo había aceptado como sus padres, y no sabía porqué. Simplemente le dolía recordar, así que cerró los ojos con fuerza agradeciendo la capacidad humana de llorar. Lo había echado de menos cada uno de los días que había pasado fuera, intentando no pensar en las palabras que le había dirigido antes de marcharse y de concentrarse solo en los buenos recuerdos. En la playa, de caza… todas esas ocasiones en las que él había estado con ella, en las que se había reído hasta tener que parar por el dolor en las costillas. ¿Cómo reaccionaría al verla?
Realmente había cambiado, aunque en apariencia física principalmente. Había conseguido dar respuesta a casi todas sus preguntas y ya estaba preparada para volver.
El tren paró en la estación de Seattle exactamente a las cuatro y veinte la tarde. Bajó con suma delicadeza del vagón. No llevaba maleta, no la había necesitado. Había mucha gente en la estación, pero era imposible no verlos. Aún habiendo miles de personas en ese mismo lugar los hubiese visto. Ahí estaban, estáticos, esperándola. Renesmee corrió hacia ellos echa un mar de lágrimas. Los abrazó con fuerza al llegar. Tanto Edward como Bella se aferraron a ella como si se les pudiese volver a escapar, hasta que se separaron un poco.
-Os he echado muchísimo de menos- susurró Renesmee. –No volveré a marcharme, os lo prometo.
-Nosotros también cariño-contestó Edward.
-Estás enorme, mírate. Pareces mi hermana mayor- replicó Bella volviéndola a abrazar.
-Estás preciosa- aseguró Edward. -¿Volvemos a casa?
Bella y Renesmee solo atinaron a sonreír. Salieron de la estación y se metieron en el Volvo.
-¿No piensas en cambiar el coche papá?-preguntó Renesmee divertido, ya que sabía de los años que tenía ese coche.
-No mientras Jacob me lo pueda arreglar.
Renesmee sintió un revoloteo en su estómago al escuchar su nombre. No quería recordarlo tan pronto. ¿Cómo habría estado?
-¿Cómo… cómo está Jacob?-preguntó algo cohibida pero ansiosa por saber, de él, de su mejor amigo, de su hermano.
Los músculos de la cara de su padre se tensaron casi por instinto. No sabían como contarle lo de Jacob ni como lo encajaría ella.
-Está bien, está bien.
Renesmee no se quedó convencida de ello. Sabía que su padre le mentía, pero no quería discutir, acababa de llegar a casa de nuevo.
Pasaron el resto del viaje hablando de la experiencia de Renesmee en el Amazonas. Como había encontrado a Nahuel, como habían ido en busca de su padre para que le aclarara las cosas a ella.
No tardaron mucho en llegar a casa. Estaba tal y como la recordaba la última vez. Salió corriendo del coche para encontrarse con sus abuelos. Estaban los tres: Carlisle, Esme y Charlie. Se abalanzó sobre ellos sin pensar que el pobre Charlie no soportaba su fuerza. Reaccionó cuando se dio cuenta de que le costaba respirar y no pudo soltar más que una sonrisa y una leve disculpa con un revés divertido tras ella.
Algo se movió entre los árboles y Renesmee se volvió y en que mal momento lo hizo. Jacob apareció agarrado de la mano de Leah, la loba de la manada de Jacob. Algo se hundió en el corazón de Renesmee. Bajó la mirada, pero la volvió a subir para encontrarse con la de él. Se hizo un silencio incomodo. Estaba claro que nadie sabía como encajar esa situación. Renesmee avanzó hacia Jacob con la intención de saludarle, pero él retrocedió de manera casi automática sin soltar la mano de Leah. Renesmee se paró. No siguió avanzando. No conseguía descifrar la mirada del chico. Estaba confuso y visiblemente enfadado.
-Vinimos a visitaros Bella, pero creo que será mejor volver en otro momento-dijo Jacob en un intento de romper el silencio.
-No… no te vallas…- pero Renesmee no tuvo tiempo casi ni de terminar la frase.
Jacob se había ido. Había entrado en fase bruscamente, sin preocuparse de su ropa y salió corriendo haciendo que Leah saliera detrás de él. Renesmee por su parte volvió a quedarse estática hasta que pareció reaccionar.
-Nessie…-susurró Bella.
Haciendo caso omiso a su madre echó a correr en dirección a la casa. Subió las escalera a una velocidad nunca antes alcanzada por ella. Desde el jardín se escuchó un fuerte portazo y un débil sollozo.
-Deberías irte a casa papá.
Charlie asintió y caminó en dirección a su camioneta. Mientras la arrancaba, Bella dirigió su mirada claramente entristecida hacia la ventana de la habitación de su hija. Estaba furiosa y a la vez se sentía impotente porque sabía que no podía hacer mucho.
Ya la he publicado en otros foros, y este no podía ser la excepción. Un beso a todas/os los lectores del FF.
REGRESO A CASA
Viajaba en el tren de camino a casa. Iba a reencontrarse con sus padres después de dos años.
Fue decisión suya irse. Sus padres enloquecieron cuando se lo dijo, aunque había otra persona de la que temía más la reacción que pudiese tener entonces. Los recuerdos de ese momento inundaron su mente. Dejó su casa con apenas cinco años, aunque por entonces contaba con la apariencia de una chica de quince años, y su mente estaba tan desarrollada como la de una persona adulta. Quería conocer más acerca de su naturaleza. Sus padres le pidieron que no se fuese, que ellos intentarían explicarle, pero ella sabía que ellos no podrían. Necesitaba de una persona que supiese exactamente lo que significaba ser semihumana, semivampiro. Y esa persona no podía ser nadie más que Nahuel.
No quería recordar la reacción de Jacob. Él no lo había aceptado como sus padres, y no sabía porqué. Simplemente le dolía recordar, así que cerró los ojos con fuerza agradeciendo la capacidad humana de llorar. Lo había echado de menos cada uno de los días que había pasado fuera, intentando no pensar en las palabras que le había dirigido antes de marcharse y de concentrarse solo en los buenos recuerdos. En la playa, de caza… todas esas ocasiones en las que él había estado con ella, en las que se había reído hasta tener que parar por el dolor en las costillas. ¿Cómo reaccionaría al verla?
Realmente había cambiado, aunque en apariencia física principalmente. Había conseguido dar respuesta a casi todas sus preguntas y ya estaba preparada para volver.
El tren paró en la estación de Seattle exactamente a las cuatro y veinte la tarde. Bajó con suma delicadeza del vagón. No llevaba maleta, no la había necesitado. Había mucha gente en la estación, pero era imposible no verlos. Aún habiendo miles de personas en ese mismo lugar los hubiese visto. Ahí estaban, estáticos, esperándola. Renesmee corrió hacia ellos echa un mar de lágrimas. Los abrazó con fuerza al llegar. Tanto Edward como Bella se aferraron a ella como si se les pudiese volver a escapar, hasta que se separaron un poco.
-Os he echado muchísimo de menos- susurró Renesmee. –No volveré a marcharme, os lo prometo.
-Nosotros también cariño-contestó Edward.
-Estás enorme, mírate. Pareces mi hermana mayor- replicó Bella volviéndola a abrazar.
-Estás preciosa- aseguró Edward. -¿Volvemos a casa?
Bella y Renesmee solo atinaron a sonreír. Salieron de la estación y se metieron en el Volvo.
-¿No piensas en cambiar el coche papá?-preguntó Renesmee divertido, ya que sabía de los años que tenía ese coche.
-No mientras Jacob me lo pueda arreglar.
Renesmee sintió un revoloteo en su estómago al escuchar su nombre. No quería recordarlo tan pronto. ¿Cómo habría estado?
-¿Cómo… cómo está Jacob?-preguntó algo cohibida pero ansiosa por saber, de él, de su mejor amigo, de su hermano.
Los músculos de la cara de su padre se tensaron casi por instinto. No sabían como contarle lo de Jacob ni como lo encajaría ella.
-Está bien, está bien.
Renesmee no se quedó convencida de ello. Sabía que su padre le mentía, pero no quería discutir, acababa de llegar a casa de nuevo.
Pasaron el resto del viaje hablando de la experiencia de Renesmee en el Amazonas. Como había encontrado a Nahuel, como habían ido en busca de su padre para que le aclarara las cosas a ella.
No tardaron mucho en llegar a casa. Estaba tal y como la recordaba la última vez. Salió corriendo del coche para encontrarse con sus abuelos. Estaban los tres: Carlisle, Esme y Charlie. Se abalanzó sobre ellos sin pensar que el pobre Charlie no soportaba su fuerza. Reaccionó cuando se dio cuenta de que le costaba respirar y no pudo soltar más que una sonrisa y una leve disculpa con un revés divertido tras ella.
Algo se movió entre los árboles y Renesmee se volvió y en que mal momento lo hizo. Jacob apareció agarrado de la mano de Leah, la loba de la manada de Jacob. Algo se hundió en el corazón de Renesmee. Bajó la mirada, pero la volvió a subir para encontrarse con la de él. Se hizo un silencio incomodo. Estaba claro que nadie sabía como encajar esa situación. Renesmee avanzó hacia Jacob con la intención de saludarle, pero él retrocedió de manera casi automática sin soltar la mano de Leah. Renesmee se paró. No siguió avanzando. No conseguía descifrar la mirada del chico. Estaba confuso y visiblemente enfadado.
-Vinimos a visitaros Bella, pero creo que será mejor volver en otro momento-dijo Jacob en un intento de romper el silencio.
-No… no te vallas…- pero Renesmee no tuvo tiempo casi ni de terminar la frase.
Jacob se había ido. Había entrado en fase bruscamente, sin preocuparse de su ropa y salió corriendo haciendo que Leah saliera detrás de él. Renesmee por su parte volvió a quedarse estática hasta que pareció reaccionar.
-Nessie…-susurró Bella.
Haciendo caso omiso a su madre echó a correr en dirección a la casa. Subió las escalera a una velocidad nunca antes alcanzada por ella. Desde el jardín se escuchó un fuerte portazo y un débil sollozo.
-Deberías irte a casa papá.
Charlie asintió y caminó en dirección a su camioneta. Mientras la arrancaba, Bella dirigió su mirada claramente entristecida hacia la ventana de la habitación de su hija. Estaba furiosa y a la vez se sentía impotente porque sabía que no podía hacer mucho.
Miér Feb 16, 2011 7:23 am por Willow Waldorf
» Test De Willow ^^
Miér Feb 16, 2011 7:16 am por Willow Waldorf
» Reducto (afiliacion Normal)
Jue Feb 03, 2011 8:44 pm por Reducto
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Lun Jul 19, 2010 5:50 am por Aresto M
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Miér Mayo 26, 2010 4:41 pm por Coopeakstown
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Mar Mayo 11, 2010 9:13 pm por Ashley Black
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Sáb Mayo 08, 2010 8:44 pm por Back To Begin
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